«El paro es el principal problema de salud en Cataluña». Atribuía esta frase al Conseller Comín, pero no lo he podido contrastar. En cualquier caso, el verdadero asunto: los factores sociales determinan la salud (y la salud determina los factores sociales). La simultaneidad en esta relación no es ninguna novedad. La emergente importancia de las enfermedades crónicas motivó durante los años sesenta el auge de la epidemiología (la ciencia que desde el siglo quince estudia la salud de los grupos humanos en relación con su medio), identificando la importancia de factores como el tabaquismo, la dieta, la inactividad física y la presión alta como determinantes de la mortalidad. Hoy día, vinculamos inequívocamente todos estos elementos en la salud.
Durante los años setenta, Marc Lalonde, ministro de salud y bienestar * canadiense entre 1972 y 1977, publicó y diseminar el famoso «Lalonde Report» [1], identificado como el primer documento de un gobierno del mundo occidental que reconoce que la énfasis en la óptica biomédica de los sistemas de salud es erróneo y que hay que buscar más allá de los sistemas tradicionales (sick care) para mejorar la salud pública. En aquella época, el gráfico que se presenta a continuación debía ser lo que ahora llamamos «disruptivo»: más allá de la precisión de las proporciones propuestas, es una crítica frontal al abordaje de los gobiernos frente la salud pública.
Han pasado cuarenta años y seguramente, a pesar nos hemos reeducado en la cultura de lo que es salud y social, esta crítica sigue aplicando. Decenas de disciplinas y millones de búsquedas han intentado sumar en el entendimiento rigurosa de esta multicausalidad con todas las limitaciones propias de su complejidad. Fíjense como de heterogéneos son los diagnósticos y cómo cambian las etiquetas y los pesos relativos respecto de la propuesta de Marc Lalonde (Bosske et al. [2]).
Asimismo, miles de empleados públicos de nuestro entorno han pensado y repensado cuál es el marco de actuación que debe coordinar lo que todavía son dos mundos. ¿Qué nos deparará el nuevo PIAISS? Parece que la solución pasa por coordinarse mejor y compartir información. ¿Qué papel juegan la interoperabilidad, el Big Data y la tecnología móvil?
Ya lo dijo Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center, al final de su conferencia en las últimas Jornadas RDI celebradas en Vic: «la única manera de avanzar es colaborar, colaborar, colaborar; compartir datos, compartir ideas, compartir recursos «. Esta vez sí que lo puedo contrastar (vídeo jueves mañana, 2h 02 ‘).
* El ministerio se llamó así entre 1944 y 1996; ahora simplemente «de salud». Las palabras son importantes?
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[1] Lalonde, M. (1974). A New Perspective on the Health of Canadians: A Working Documento = Nouvelle Perspective De La Sante Desde Canadiens
[2] Booske, B. C., Athens, J. K., Kindig, D. A., Park, H., & Remington, P. L. (2010). Different perspectives for assigning weights to determinantes of health. University of Wisconsin: Population Health Institute
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