Conocer anticipadamente cuándo habrá una emergencia o qué evolución de necesidades tendrá la población atendida y cuándo se producirán determinados incrementos de demanda para poder estratificarlos adecuadamente, permitiría a los gestores públicos locales, comarcales y nacionales desarrollar una estrategia más proactiva en la identificación de las limitaciones y carencias del sistema de los servicios sociales; tomar decisiones de una manera fundamentada para adaptar el modelo organizativo a las necesidades detectadas; evitar situaciones futuras de desajuste y/o sobresaturación de servicios, las cuales generan una mala experiencia en los ciudadanos afectados e incomodidad y frustración en los profesionales de los servicios públicos; e impulsar políticas preventivas orientadas a reducir factores de riesgo en relación con las necesidades crecientes o emergentes.
Además, la estratificación de población y necesidades permitiría avanzar en la personalización de los servicios sociales por medio de recomendaciones personalizadas y proactivas para los ciudadanos que se dirigen, que harían que se sintieran más satisfechos y facilitarían el trabajo de los profesionales de los servicios sociales.
Traducción simultánea del inglés al catalán.
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