Rompiendo los mitos sobre la aplicación de las TIC en los servicios sanitarios

Autor: Adrià G.Font   /  10 de novembre de 2014

El estudio propuesto por McKinsey&Company empieza con un repaso a la historia de las TIC aplicadas a los sistemas sanitarios, y le identifica tres etapas: la primera, durante la implementación de los ordenadores para llevar a cabo tareas sistemáticas repetitivas; la segunda, unos veinte años después, cuando se intentó integrar los ordenadores a los procesos clave de cada ámbito; y la tercera, que se está dando actualmente, que pretende adaptar las nuevas tecnologías de forma integral.

La limitación de las dos primeras etapas se debió, en gran parte, al hecho de que las TIC se aplicaban tan solo superficialmente y sin tener en cuenta las necesidades del paciente. La tercera etapa debe corregir estos problemas, y ahora que los usuarios han adaptado las nuevas tecnologías en su vida diaria, es el momento perfecto para que sanidad se acabe de digitalizar. El problema, está claro, está en saber qué camino seguir.

El primer paso es intentar entender a los pacientes: tanto sus necesidades como tal, como sus preferencias como usuario de dispositivos digitales. El artículo defiende que muchas instituciones están desarrollando sus sistemas alrededor de ideas preconcebidas sobre sus usuarios, y la investigación que han llevado a cabo intenta romper mitos que, a pesar de que puede que fueran ciertos en el pasado, ya no son aplicables.

Con los resultados de una encuesta realizada a más de 1.000 personas de tres países distintos (Singapur, Alemania y Reino Unido), el estudio de McKinsey&Company rompe los siguientes mitos:

  1. La gente no quiere usar servicios digitales para gestionar su salud: Debido a la delicada naturaleza de la información que se trata en estos casos, existe la creencia de que los pacientes no quieren revelar su información digitalmente. Sin embargo, la encuesta demuestra que la razón por la que no hay más usuarios que usan herramientas electrónicas sanitarias es porque no cubren sus necesidades. De hecho, el 75% de los encuestados está a favor de los sistemas digitales sanitarios, siempre que el servicio que se les ofrece sea fiable y de calidad.
  2. Solo la gente joven usa herramientas digitales: Este es uno de los mitos más extendidos, y es uno de los supuestos inconvenientes a la hora de poner en marcha un sistema digital. Sin embargo, el cuestionario demuestra que los mayores de 50 años quieren acceder a los servicios sanitarios en línea tanto como la gente joven. El porcentaje es de más del 70% en Alemania y Reino Unido, y todavía más alto en Singapur.
  3. La salud móvil va a ser el motor de cambio: A menudo se considera la salud móvil el impulsor más efectivo de las TIC, pero la encuesta demuestra que la demanda de mHealth no es tan universal como se cree. Es decir, es un factor importante en la evolución de la salud digital, pero no el factor determinante.
  4. Los pacientes quieren sistemas innovadores y apps: Lo que buscan los pacientes no son sistemas revolucionarios ni apps integradas a las redes sociales, sino herramientas eficaces, accesibles y fáciles de integrar con otros dispositivos.
  5. Se necesita una plataforma integrada que ofrezca muchos servicios: El artículo explica que muchas instituciones creen que la clave está en tomarse su tiempo y crear sistemas totales, que ofrezcan todos los servicios que un usuario puede necesitar. Las respuestas del cuestionario demuestran que es más importante actuar rápido. Los usuarios de tres países dan prioridad a tareas simples y rutinarias, como por ejemplo pedir visita.

[Gráfico con las respuestas que hacen referencia al mito 1.]

En las conclusiones, el artículo enfatiza la importancia de estudiar las diferencias entre mitos y realidades por lo que hace la aplicación de las TIC en los servicios sanitarios. Entender qué es lo que los pacientes realmente piensan y quieren es necesario para poder tirar hacia delante, y así, poco a poco, ir adaptando las TIC de forma efectiva y productiva. Lo más importante es conseguir que los pacientes hagan uso de estos servicios, porque una vez lo hagan, las instituciones se podrán centrar en ampliarlos y mejorarlos. 

Por este motivo destaca la iniciativa del Modelo de Asistencia No Presencial desarrollado por la Generalitat de Catalunya, que pone al paciente en el eje central del servicio sanitario, y desarrolla un sistema alrededor de sus necesidades.