Hoy, 23 de Junio finalizan los tres días del XXIV Congreso Nacional de Informática de la Salud Infors@lud2021, la evolución del ecosistema digital en Salud, celebrado en Madrid. Marcada por un nuevo escenario por la situación de reciente pandemia, la edición de este año se focaliza en la respuesta que se ha dado des de los diferentes sistemas de salud a nivel nacional. Las sesiones de debate han girado en torno a temas como transformación digital, recursos humanos y necesidades digitales. También se habló del papel de la ciudadanía, financiación de proyectos digitales y el valor de los datos, entre otros temas de interés.
Durante el primer día, en la sesión “Una nueva era digital en la Salud Pública” se abordaron algunas cuestiones como la integración entre los sistemas de sanidad, alimentados por la actividad asistencial, y los sistemas de salud pública, alimentados por diferentes sistemas de información.
“Cuando realizamos vigilancia (epidemiológica), debemos tener en cuenta valores técnicos y éticos para la toma de decisiones”
“Los sistemas de vigilancia deben ser transversales, ésta es la primera vez que aparecen datos sobre salud pública en la historia del paciente”
Algunas lecciones aprendidas se enfocaron a la importancia de disponer de información sobre salud pública en la carpeta del ciudadano. Hay que empezar a pensar en un sistema poblacional, más que sanitario o de salud pública. En cuanto al despliegue de soluciones, se puso de relieve la necesidad de incorporar responsables funcionales. También, de disponer de productos flexibles y adaptables.
“Es necesario tener una estrategia compartida, financiación y apoyo político e institucional. Los profesionales están preparados, pero también hacen falta estándares, interoperabilidad, bases legales y tecnologías compartidas”
La segunda sesión abordó (por primera vez en Inforsalud) aspectos sobre integración social y sanitaria. Primero, la falta de coordinación entre los ámbitos sanitario y social es aún sistémica. Segundo, los diferentes sistemas sanitarios nacionales han realizado esfuerzos diversos para la integración de sistemas de información. Y tercero, la gobernanza es un aspecto clave, ya que la dependencia de servicios y sistemas de información por parte de diferentes organismos dificulta la integración.
Las necesidades en recursos humanos y competencias digitales también tuvieron cabida en el congreso. Las sesiones de “Recursos humanos sanitarios y las nuevas necesidades digitales” y “Poniendo el foco en el ciudadano” aportaron contribuciones interesantes. La pandemia ha acelerado el cambio hacia la digitalización, y profesionales y ciudadanía han tenido que adaptarse. En muchos casos, la “autoformación” ha sido el mecanismo más habitual. Las competencias digitales aún es una asignatura pendiente en universidades y otros itinerarios de formación reglada. Así, las organizaciones sanitarias deben ponerse al día en la gestión del cambio.
Darle al ciudadano lo que necesita en cada momento. Ése debería ser la perspectiva del foco hacia la ciudadanía en materia de salud digital. El protagonismo del paciente es uno de los mayores cambios recientes en atención sanitaria. La transformación tiene que ir acompañada también de un cambio cultural. En este último año, la ciudadanía ha adoptado la tecnología en muchos ámbitos y pide accesibilidad para su uso en salud. Si aprovechamos bien las ventajas de la digitalización, podremos transformar de forma positiva la relación entre el paciente y el sistema sanitario.
Existen actualmente múltiples usos de los datos en salud. La pandemia ha puesto en valor la inmediatez con la que podemos recoger y compartir datos para la toma de decisiones. Cada vez incorporamos más datos no estructurados en la práctica profesional, usando herramientas de soporte a la decisión. Hasta hace muy poco, la información sanitaria se ha recogido mediante escritura manual. Las nuevas herramientas nos permiten recoger datos de forma inmediata, y estructurar información sanitaria. No obstante, esto requiere también un cambio cultural del sector para explotar la gran cantidad de datos disponible. También, queda aún un largo camino que recorrer en el ámbito de la democratización de datos. Esto es, la capacidad de la ciudadanía de gestionar sus datos de salud.
“Utilizar los datos de forma correcta nos puede ayudar en las decisiones clínicas y asistenciales”
Respecto nuevos modelos de IA, se comparten experiencias de implementación de iniciativas. Por ejemplo, algunas basadas en la observación, planteamiento de retos y soporte a iniciativas de proveedores sanitarios. El desarrollo de biomarcadores es un ámbito en el que la IA puede tener un gran potencial. Mejorar la calidad asistencial y la sostenibilidad de los sistemas de salud son dos objetivos que debe perseguir la IA.
A modo de resumen de la jornada y líneas de trabajo a futuro, pueden identificarse varios ámbitos. En primer lugar, es evidente que la pandemia ha supuesto un motor de cambio para la evolución del ecosistema digital de salud. Los diferentes sistemas de salud se han actualizado en muchos ámbitos como la atención remota, la vigilancia epidemiológica en salud pública y el uso de nuevas tecnologías. En segundo lugar, el valor de los datos se identifica como un activo para la mejora de los procesos y los servicios sanitarios. Para ellos es necesario abordar aspectos organizacionales, estructurales, tecnológicos, legales y de evaluación. Finalmente, cabe destacar el papel del ciudadano, cada vez más activo en el uso de tecnologías para la salud digital. Tanto profesionales como sistemas sanitarios tienen que abordar estos diferentes ámbitos, garantizando la calidad, accesibilidad y sostenibilidad de la atención sanitaria.
La edición del congreso de 2020 puede consultarse en este enlace.
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